Se reconoce que el EEP es clave para una pesca sana y productiva.
Tiene cinco componentes principales: (1) mantener la integridad del ecosistema (ningún pez es una isla); 2) un enfoque de precaución de la pesca y otros usos de los ecosistemas marinos y costeros y el respeto de las normas; (3) amplia participación de las partes interesadas; 4) promover la integración sectorial y salvaguardar los medios de subsistencia; (5) invertir en investigación y conocimiento.